Pocos comuneros habían quedado en Alto Oshirani la tarde que sus casas, hechas con hojas y palos, fueron arrasadas por una turba de invasores provistos de antorchas. Por rendijas y ventanas, apenas algunas mujeres y niños vieron cómo aquel naciente pueblo asháninka enclavado en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional El Sira empezaba a convertirse […]