Su protesta fue el silencio. Permaneció callada viendo cómo los militares aeronáuticos vaciaban su casa: primero vio cómo se llevaban al gato, luego al perro, a las gallinas y por último a ella misma. “Fue la última”, recuerda Sérvulo Borges, el joven recluta que sostenía uno de los brazos de la señora, que apenas podía […]